Las bicicletas también son para el invierno

Con la llegada del frío decrece el número de ciclistas que se ven por la montaña y por las carreteras, fieles al título de la obra de Fernando Fernán Gómez ‘Las bicicletas son para el verano’. Sin embargo, la práctica del ciclismo es perfectamente compatible con el frío. 

Otra cuestión es que pueda ser un momento apropiado para realizar una preparación invernal o incluso para desconectar del ciclismo durante un tiempo y para retomarlo después con más ganas. Pero si quieres practicar este deporte en las estaciones más frías del otoño y el invierno, por supuesto que puedes hacerlo. Eso sí, para que tus salidas en bici sean productivas y puedas disfrutar de ellas, a continuación, te vamos a proporcionar una serie de consejos a tener en cuenta.

Elige la bicicleta adecuada

El invierno es compatible con cualquier modalidad de ciclismo, ya sea montaña, carretera o ambas gracias a la versatilidad de las bicicletas gravel.

Para ayudarte a elegir la que más te haga disfrutar, aquí puedes encontrar algunas claves que te ayudarán a saber las características de las bicis de carretera, mtb o gravel que mejor se adapten a tu forma de practicar ciclismo.

Adapta tu equipación al frío

Más allá de la obviedad de ponerse ropa de invierno, ten en cuenta que en ciclismo ponerse más capas no es sinónimo de ir más abrigado. Por el contrario, llevar muchas capas de ropa de poca calidad provoca más sudor con menos transpiración, por lo que además de pasar frío es más fácil tener una pájara por la excesiva sudoración. 

Lo recomendable es, por tanto, llevar el menor número de capas posible de una equipación de calidad. Normalmente dos o, máximo, tres capas deberían ser más que suficientes, por ejemplo una camiseta interior térmica y una chaquetilla de invierno. Para proteger las piernas será necesario un buen culotte de invierno. 

También se podrá reducir el frío poniéndole una carcasa cerrada a tu casco habitual. Guantes de alta calidad y cubrezapatillas son imprescindibles en las épocas más frías.

Reduce la presión de tus cubiertas

Con el frío, ya practiques ciclismo de carretera, de montaña o urbano, los suelos están más resbaladizos y húmedos, por lo que el agarre se hace fundamental. Y hay que tener en cuenta que a mayor presión menor contacto del neumático con el suelo, por lo que habrá más probabilidades de caída. Así que es recomendable bajar la presión habitual de tus cubiertas para ampliar la zona de contacto con el suelo y circular más seguro.

Iluminación para ver y para ser visto

La llegada del frío viene acompañada de una menor cantidad de luz solar, lo que supone un peligro añadido a tener en cuenta en la práctica del ciclismo. Ya sea de día o de noche, un piloto trasero diurno aporta potencia de iluminación y versatilidad para ser visto. También es recomendable un piloto delantero, especialmente para circulación en carretera, ya que proporciona gran visibilidad frente a los coches que vienen de frente. En montaña un buen piloto delantero permite practicar ciclismo con seguridad incluso en la noche más cerrada.

Los madrugones sí son para el verano

Si bien en verano lo recomendable para practicar ciclismo es madrugar mucho para aprovechar las horas más frescas y evitar las de más calor, la llegada del frío supone también una adaptación de horarios. En otoño e invierno salir algo más tarde supone evitar las horas de mayor frío, lo que hará más llevadera la salida y permitirá disfrutar de los rayos del sol de media mañana en los días despejados.

La importancia del mantenimiento de la bicicleta

Si bien el mantenimiento de una bicicleta es necesario, ya sea verano o invierno, las bajas temperaturas y la humedad provocan mayores necesidades de mantenimiento, especialmente para los bikers que se adentran en el monte entre charcos y barro. Lo primordial es utilizar un lubricante específico para ambientes húmedos que dará más duración al engrase y, por tanto, menor desgaste de las piezas, especialmente el rozamiento de la cadena con platos y coronas.

Todo ello te ayudará a disfrutar del ciclismo en todo su esplendor también en invierno y a no ser considerado lo que se conoce en el argot como un globero, un término muy curioso del argot ciclista del que puedes obtener más información en este post.

Así que, ya sabes, ¡las bicicletas también son para el invierno!